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Pozuelo de Alarcón, 1600-2000: De su venta a ciudad metropolitana

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2016-09-25
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Ayuntamiento de Pozuelo de Alarcón
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Reconstruir la evolución histórica de Pozuelo de Alarcón se encontraba con una primera dificultad de envergadura: la desaparición de prácticamente toda la documentación anterior a la guerra civil, consecuencia de la destrucción de la localidad durante la batalla de Madrid, al ser frente de guerra en el verano-otoño de 1936. El Ayuntamiento fue destruido fruto de la intensidad de los combates, y con él la documentación municipal. El segundo obstáculo, derivado del primero, tenía que ver con la escasa dimensión de la localidad, según el censo de 1930 Pozuelo contaba con 4.064 habitantes, treinta años antes, al iniciarse el siglo XX solo residían 1.873 personas, por lo que el rastro de la información sobre el pasado de la localidad y su población se presentaba como una labor ardua. Comienza la obra en la etapa final del siglo XVI con las referencias que sobre Pozuelo de Aravaca aparecen en las Relaciones Topográficas de Felipe II realizadas en 1576, y la venta de Pozuelo a Luis de Ocaña y Alarcón en 1632, que convertiría la localidad en un Mayorazgo para su hijo primogénito Gabriel, bajo la denominación de Pozuelo de Alarcón, nombre que ha conservado hasta la actualidad, por la cantidad de 2.454.929 maravedíes, ante la imposibilidad de sus vecinos de hacer frente a dicho desembolso para impedir su venta; en esa época residían alrededor de 512 habitantes en 128 hogares. Una población de escasas dimensiones que, a pesar de su cercanía a la Corte y capital del vasto Imperio de la monarquía hispánica, y debido a ello, apenas vio aumentar su población en más de siglo y medio, en 1786 el catastro de Ensenada recogía una población de 751 habitantes, que un siglo después alcanzó los 1873. de 1900, cuando Pozuelo de Alarcón comenzó a ofrecerse como un lugar atractivo para construir una segunda residencia para determinados sectores pudientes de la sociedad madrileña, fue el momento de la creación de las primeras colonias de hoteles en la localidad, a la vez que crecía un pequeño núcleo de población alrededor de la estación de ferrocarril. Así pues, a lo largo de tres siglos Pozuelo de Alarcón no dejó de ser una pequeña localidad en la que sus habitantes desarrollaban una actividad económica de poca entidad vinculada a la economía agraria, con una escasa capacidad de generar un excedente que era colocado en el próximo y voraz mercado de la capital, y una incipiente industria del curtido cuya producción se vendía en parte del territorio nacional. Una historia que comenzó tímidamente a cambiar a lo largo del primer tercio del siglo XX, merced al impulso del crecimiento de la capital del Estado, que anteriormente había sido una de las principales causas de su quietud, materializado en el crecimiento de su población, en solo treinta años duplicó su censo hasta alcanzar los 4.064 habitantes de 1930. Un crecimiento poblacional impulsado por la actividad vinculada a las colonias de hoteles que desde el último tercio del siglo XIX empezaron a atraer a miembros destacados de la nobleza y la burguesía madrileña, como lugar de residencia estival, y a la capacidad dinamizadora de la estación del ferrocarril y su cercanía a Madrid, que había iniciado su proceso de conversión en una moderna metrópoli europea, incorporando de facto aunque no todavía de derecho a los municipios colindantes, desbordado su amplio término municipal por el dinamismo de su economía y el consecuente crecimiento demográfico que le llevó a superar al proclamarse la II República el millón de habitantes. La guerra civil frenó en seco ese primer despegue de la localidad. Su localización geográfica en pleno frente de batalla en el avance de las tropas franquistas del verano-otoño de 1936 sobre Madrid, provocó la evacuación de la población el 28 de noviembre de 1936 y la destrucción del pueblo fruto del fragor de los combates. La posguerra, como en el resto de España, fue dura, a la penuria y la escasez de los años del hambre se unió la reconstrucción del pueblo cuyos edificios habían quedado reducidos a un amasijo de escombros, la población retornada entre abril y mayo de 1939 quedó reducida a 2.425 habitantes, hasta 1950 la población no logró recuperar los niveles anteriores a la guerra civil, con 4.382 habitantes. Entre esa fecha y 1975 la población aumentó considerablemente, alcanzando los 23.006 habitantes, el crecimiento económico de los años del desarrollismo, y la creación del área metropolitana de Madrid en 1963 explican un crecimiento sostenido pero todavía moderado, donde la población residente era fuertemente dependiente de la actividad económica general por la capital y su proximidad comenzaba a hacer atractivo Pozuelo como lugar residencial. Fue con el restablecimiento de la democracia, cuando Pozuelo de Alarcón registró su gran transformación, al hilo de la recuperación económica de la larga crisis de los años setenta y del crecimiento económico de la segunda mitad de los años ochenta, impulsado por la entrada de España en la Comunidad Europea el 1 de enero de 1986. Los años ochenta del siglo XX fueron el escenario del gran cambio de la sociedad española, en el ambiente de las libertades recuperadas y de la recuperación económica se produjo una aceleración del cambio social y cultural iniciado con la expansión de la sociedad de consumo, vinculado al mismo se produjo un cambio en el modelo residencial, la ciudad soñada dejó de ser la tradicional urbe europea, con una alta densidad urbana, para imitar el modelo residencial estadounidense de ciudad dispersa, articulada por el trinomio constituido por la vivienda independiente en urbanización cerrada, dependencia del automóvil, y centro comercial y de ocio. La separación vivienda-trabajo-consumo encontró en las localidades del eje constituido por la carretera de La Coruña –la A-6- una de sus primeras expresiones en el área metropolitana madrileña. Pozuelo de Alarcón se encontraba en una localización privilegiada y se convirtió en uno de los municipios donde proliferaron las urbanizaciones residenciales cerradas, con viviendas unifamiliares independientes –rodeadas de un amplio jardín-, a chalets adosados o residenciales de tres alturas cerrados y con servicios comunes –piscina, canchas de tenis…- en función del nivel de rentas de sus vecinos, desde el elitista residencial La Finca a las más modestas urbanizaciones situadas alrededor de la Avenida de Europa. En apenas veinte años, Pozuelo de Alarcón se convirtió en uno de los municipios españoles de más elevada renta, posición que desde entonces no ha abandonado, a pesar de la aceleración de su crecimiento poblacional que alcanzó los 67.087 habitantes en 2001. Dicho crecimiento poblacional, unido al modelo residencial de ciudad dispersa no hizo de Pozuelo de Alarcón una localidad exclusivamente residencial, su proximidad a la capital, la mejora de las redes de comunicaciones, sobre todo, la red de carreteras, en una sociedad y una economía fuertemente dependiente del automóvil, unido a la alta cualificación de la población residente hicieron que alrededor del eje de la A-6 se desarrollara, al calor del nacimiento de la sociedad de la información, un importante espacio productivo vinculado al sector servicios, al comercio de las grandes superficies y centros comerciales, y a las empresas de alta tecnología, que escogieron la zona para instalar algunas de sus sedes o centros productivos. Pozuelo de Alarcón se transformó al inaugurarse el siglo XXI en uno de los municipios de más elevada renta y más dinámicos de la región metropolitana madrileña, al ocupar una posición privilegiada de su cuadrante noroeste marcado por las carreteras M-40, de La Coruña –autovía A-6- y Extremadura –autovía A-5-.
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